Fe se hace posible cuando uno está consciente de la buena voluntad y poderosa mano de Dios.
Para que la fé de uno sea real, se requiere una indudable confianza en dos cosas: la voluntad y la habilidad del objeto de la fe. Si nosotros vamos a tener fe en cualquier persona necesitamos saber en nuestro corazón no solamente que esa persona tenga buena voluntad, sino también que sea capaz de hacer lo que ellos dicen que quieren hacer por nosotros. Es importante reconocer que si estas dos partes no están presentes, la fé no existe.
1. La Buena Voluntad de Dios
En primer lugar se requiere una indudable confianza en la buena voluntad de esa persona. Nadie confiará en alguien que tenga una inestable integridad. Puede ser que le dé cierta libertad donde se puede recuperar el riesgo, pero eso no es realmente fe. El riesgo de la fe es total. No hay nada que se pueda recuperar si esa persona te traiciona con mentira. Porque existe muy pocas persona con este tipo de integridad, vivimos en un mundo de falta de confianza. En realidad es la única manera para sobrevivir. Las gentes que son demasiados de ingenuas son los que sufren el abuso de la populación. Romanos capitulo numero tres revela el carácter de la humanidad por lo general.Nuestra escritura dice que Abraham “tampoco dudó, por incredulidad, de la promesa de Dios.” Mucho se puede decir más sobre este punto de buena voluntad. Lo que deseo que recibas es esto:
No existe otra persona en este universo que tiene una buena voluntad tan excelsa como Dios el Padre.
Esta declaración sería difícil para aceptar en un mundo lleno de tristeza y dolor si no fuera por una cosa. Él ya hizo lo máximo para con nosotros para confirmar en nuestros corazones su buena voluntad. Romanos 8:32 dice, “El que no escatimó ni a su propio Hijo, sino que lo entregó por todos nosotros, ¿Cómo no nos dará también con Él todas las cosas?” Es tan triste como se nos hace más fácil confiar en hombre, institución, o gobierno más que Dios cuando ellos es las causas de muchos de nuestros dolores, cuando ellos ya se han probados como de poca confianza. Cuando haiga un conflicto en su corazón entre confiar en Dios o en otra cosa hacerte la pregunta: ¿Quién tiene la mejor buena voluntad para mí? O mejor todavía, hacerte la pregunta, “¿Quién ya ha demostrado la mejor buena voluntad para mí?”
2. La Poderosa Mano de Dios
La segunda cosa que se requiere para la existencia de la fe es una indudable confianza en la habilidad del objeto de fe. Yo puedo tener toda la buena voluntad hacia ti cuando te digo que te voy a dar 2 millones de dólares, pero la realidad es que yo no tengo los recursos para darte ni siquiera $200 dólares. La fe se requiere no solamente que esa persona sinceramente desea lo mejor para mí, sino que pueda hacer lo que existe en su corazón para mí. Nuestra lectura dice Abraham estuvo “plenamente convencido de que (Dios) era también poderoso para hacer todo lo que había prometido.” Efesios 3:20 dice que Dios es “poderoso para hacer todas las cosas mucho mas abundantemente de lo que pedimos o entendemos.” La realidad es esta:
Nadie ha sido desilusionado en preservar en la promesa de Dios; nadie es más feliz que cuando se somete a la poderosa mano de Dios.
Fe se hace posible cuando uno está consciente de la buena voluntad y poderosa mano de Dios.
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